19 de septiembre de 2010

De que va la demencia? de tabaco e inocencia? no....


Blablabla… el verbo se hizo carne y habito entre los caracteres bruñidos del siglo XXI, y el verbo eran mis dedos torpes….

Tumbado… Ponchando un cigarro como por eso de la 2 o 3 de la mañana, me mostraba las piernas la irresistible tentación de escupir en un blog y atender a mi odioso vicio de autocritica despiadada, evidenciar en los sagrados rincones del internet, la desesperación, la indiferente danza de mis dedos sobre el teclado, marcando los pasos 2 3 4 repite angustia, marcar al publico el camino de labrarse la sinrazón noche tras noche, esta oscuridad del cuarto que me sabe a tabaco y a letra resucitada, ah la idea era demasiado exquisita y las ventanas nunca bastan así que ¿qué más da?, para parir la demencia basta más que cogerse del día a día y de una puta de nombre México, pronunciar sus calles y sus labios peligrosos y darle así un hogar, un nido a la demencia, (arriesgándome a lo infinitamente pretencioso y ficticio que pueda sonar eso) al fin y al cabo “el mundo es un lugar donde se pierde la razón o donde ayudan a perderla unos cuantos hombres”

Esto ha sucedido uno de esos días geometricos, minutos antes de lo que llaman la “otredad del cigarro”