18 de enero de 2013
Desprologado
De los pronombres en Español, repitan después de mi:
"Mis pasos en esta calle
Resuenan
En otra calle
Donde
Oigo mis pasos
Pasar en esta calle
Donde
Solo es real la niebla."
(Octavio Paz)
Yo, (importantisimo recalcar la supremacía de la primera persona por sobre los demás pronombres personales)
Tu, (siempre mas allá del yo, mas cerca del ustedes, soñando siempre con el nosotros)
3ra persona, (como una trampa tratando de convencernos de que hay otros mas allá que tu y los tuyos)
-ella , el, ello- dicese de un timo de aquellos que te la debo.
Nosotros, -"los otros todos que nosotros somos"- trafico mental que se diluye en la segunda y tercera persona, hablandonos desde la primera, o la ansiedad de la misma pensando en el otro que somos y lo absurdo de que "entre nosotros haya aquellos que no están entre nosotros". Ya se sabe; putadas de tal índole.
Ustedes, (otro timo de aquellos, el mundo es "tu" y "yo", lo demás es literatura la cual; como es bien sabido, apenas vale un puñado de sal y lentejas)
Ellos, ellas, (mis bolas y otros demonios. Ellos son el todo, uno no, uno es una cosa de miedo y de furia, uno es esto, aquello u otra cosa, pero siempre lo que se decida por la comunidad, "ellos" como reafirmacion de uno mismo -no se existe si ellos no lo aprueban- una lucha de aquellas que ondean la bandera del individuo, lo que se olvida comunmente es que "ellos" son aceptados por voluntad propia por la pereza de "luchar" por ser "yo" para lo que haría falta que los demás pronombres no existieran ni como producto publicitario)
19 de septiembre de 2010
De que va la demencia? de tabaco e inocencia? no....

Blablabla… el verbo se hizo carne y habito entre los caracteres bruñidos del siglo XXI, y el verbo eran mis dedos torpes….
Tumbado… Ponchando un cigarro como por eso de la 2 o 3 de la mañana, me mostraba las piernas la irresistible tentación de escupir en un blog y atender a mi odioso vicio de autocritica despiadada, evidenciar en los sagrados rincones del internet, la desesperación, la indiferente danza de mis dedos sobre el teclado, marcando los pasos 2 3 4 repite angustia, marcar al publico el camino de labrarse la sinrazón noche tras noche, esta oscuridad del cuarto que me sabe a tabaco y a letra resucitada, ah la idea era demasiado exquisita y las ventanas nunca bastan así que ¿qué más da?, para parir la demencia basta más que cogerse del día a día y de una puta de nombre México, pronunciar sus calles y sus labios peligrosos y darle así un hogar, un nido a la demencia, (arriesgándome a lo infinitamente pretencioso y ficticio que pueda sonar eso) al fin y al cabo “el mundo es un lugar donde se pierde la razón o donde ayudan a perderla unos cuantos hombres”
Esto ha sucedido uno de esos días geometricos, minutos antes de lo que llaman la “otredad del cigarro”
